Un pirata más alentará desde el cielo

Ya fue el querido negro José, el profe que supo ser inolvidable como solo los grandes lo saben hacer, sin aspavientos, sin excesiva figuración, cultivando un bajo perfil, siendo humilde y un señor siempre. José Miguel Sulantay Silva, brilló en la cancha y también fuera de ella. Muchos lo recuerdan por su etapa de entrenador, donde sin duda marcó un estilo.

José nos dio una de las más grandes alegrías cuando llevó al aurinegro a la Copa Libertadores tras esa inolvidable campaña donde muchos sentimos que nos robaron el campeonato. Supo armar un equipo de humildes picados que mojó la camiseta entendiendo cómo se defendían los colores. Nombres como Pedro González, Cristian Olguín, Candonga Carreño, el brasilero Ronaldo por la derecha, Roberto Corró, entre otros, quedarán marcados a fuego en la historia del barbón.

Su sello llegó a ser grande también a nivel nacional cuando se hizo cargo de los inicios de lo que hoy conocemos como “generación dorada”. Porque la vida es injusta o quizás no era del agrado de los poderosos del fútbol, jamás se le dio una oportunidad en la selección Nacional adulta. Una más de las injusticias de la vida.

Hoy don José descansa en paz, y todos los piratas guardamos una pena en el corazón, todo coquimbano lo aprecia como uno de los hijos predilectos de nuestro puerto. Cuando se hable de quiénes han hecho grande el nombre de Coquimbo, sin duda él será uno de ellos, y cuando se diga quienes llevaron al aurinegro a lo más alto, su nombre será recordado. Llevamos desde hoy la pena de su partida, pero la profunda gratitud por las alegrías que nos dio, y por demostrar siempre que la educación y caballerosidad también se podían en el fútbol.

Su nombre pasará a la historia grande del club, y como dice el dicho, “tus hijos, y los hijos de ellos preguntarán por él.”. Descanse José, aliente desde el cielo nuestros colores, que nosotros lo recordaremos cada vez que la barra cante “por los piratas que ya no están”. Fuerza y coraje piratas!!.

Luis Maturana | Periodista